¿Funciona de Verdad? El Secreto para Definir tu Mandíbula
A ver, seamos sinceras. Tu Gua Sha no es una varita mágica que derrite la grasa (¡ojalá!). Su superpoder es otro: el drenaje linfático. Al masajear, ayudamos a mover todo ese líquido que se queda estancado y que nos hace ver más hinchadas. Por eso, después de una buena sesión, tu mandíbula se ve más marcada y la papada menos visible. ¡No es magia, es ciencia del cariño!
Tu Kit de Escultora: La Piedra y el Aceite Perfectos
Para esta misión, no todas las piedritas son iguales. ¡Necesitas una que esté hecha para abrazar tus curvas!
- La Forma Ideal: Busca una Gua Sha que tenga una muesca en forma de corazón o de V. ¡Esa hendidura está diseñada para encajar perfectamente en tu mandíbula como una pieza de puzzle!
- El Compañero de Baile: ¡No te olvides del aceite! Unas gotitas de jojoba o escualano harán que tu piedra se deslice como una patinadora sobre hielo. ¡Suavecito!
Mi Rutina de 5 Minutos: ¡Vamos a Esculpir Juntas!
¿Lista? Coge tu piedrita y tu aceite, ¡que empieza el ritual! Recuerda, los movimientos son suaves pero con intención.
Paso 1: ¡Prepara el Terreno! (30 seg)
Con tu carita limpia, aplica tu aceite facial generosamente por todo el cuello, la mandíbula y la zona de la clavícula.
Paso 2: Activa el Drenaje - El Cuello es la Clave (1 min)
Usa el lado largo de tu Gua Sha. Con la piedra casi plana (ángulo de 15°, ¡recuerda!), desliza desde tu clavícula hacia la base de tu oreja. Repite 5 veces en cada lado. Con esto le decimos al sistema linfático: "¡Hola, vamos a empezar a trabajar!".
Paso 3: Esculpe la Mandíbula - El Movimiento Estrella (2.5 min)
Ahora sí, ¡a lo que vinimos! Usa la muesca en forma de corazón para "abrazar" tu mandíbula. Empieza en el centro del mentón y desliza con una presión suave pero firme hasta llegar justo debajo de tu oreja. Siente cómo liberas la tensión. Repítelo de 5 a 10 veces por cada lado. ¡Disfrútalo!
Paso 4: El Gran Final - ¡A Drenar! (1 min)
Para terminar, con el mismo lado largo de la piedra, realiza un movimiento suave y descendente desde detrás de la oreja, bajando por el lateral del cuello hasta la clavícula. Esto ayuda a que todo el líquido que movimos se vaya por el camino correcto. ¡Bye, bye, hinchazón!