Si tu piel sensible reacciona a cada producto, descubre el santuario de fórmulas suaves que calman y protegen, y olvídate de la rojez y la irritación.
La piel sensible tiene una regla de oro: "menos es más". Su barrera protectora está debilitada, así que no le gustan las fiestas con muchos invitados (listas de ingredientes interminables). Nuestra misión es simple: usar pocos productos, pero que estén cargados de ingredientes calmantes y reparadores.
Cuando leas una etiqueta, ¡busca a estos superhéroes! Son el equipo de rescate para tu piel.
Si un producto contiene alguno de estos en los primeros puestos de la lista, ¡huye!
¡Con un "patch test"! Aplica una pequeña cantidad del producto en una zona discreta (como detrás de la oreja o en la muñeca) durante 2-3 días seguidos. Si no hay ninguna reacción, ¡luz verde para usarlo en la cara!
Sí, pero con muchísimo cuidado. Olvídate de los exfoliantes físicos y de los ácidos fuertes. Tu mejor opción son los PHAs (Polihidroxiácidos), que son súper suaves. Úsalo solo una vez por semana para empezar.
Es un buen indicador, pero no una garantía total. La única forma de estar segura es revisar la lista de ingredientes para asegurarte de que no contenga los de la "lista negra" y hacer siempre un patch test.
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