Rutinas faciales paso a paso

Orden de la rutina facial

El orden de una rutina facial no es arbitrario: responde a la lógica de capas de menor a mayor densidad para maximizar la penetración de activos y evitar que los productos se anulen entre sí. Siguiendo esta regla, los cosméticos más ligeros —con mayor concentración de principios activos y pH específico— se aplican primero y los de barrera se reservan para el final. Este marco mejora textura, luminosidad y control de sebo en apenas 28 días de constancia.

1. Limpieza: Retira sudor, sebo y contaminantes con un gel o aceite suave.
2. Tónico o esencia: Reequilibra el pH y deja una película acuosa que actúa como "esponja" para el sérum.
3. Sérum: Alta concentración de activos (vitamina C, niacinamida, péptidos).
4. Contorno de ojos: Formulado para la piel periocular, un 40 % más fina.
5. Hidratante: Sella agua y activos con emolientes/oclusivos.
6. Protección solar (AM): SPF 30+ de amplio espectro.

Por la noche, sustituye el SPF por un paso de tratamiento intensivo (AHA, retinoide o mascarilla nutritiva) según tolerancia.

Rutina facial diaria paso a paso

Una rutina diaria debe ser sostenible y específica: cinco minutos por sesión y sólo productos que tu piel necesite:

Mañana – protección y antioxidantes

• Limpieza suave con syndet o gel low‑pH.
• Sérum de vitamina C o ferúlico.
• Hidratante ligera con glicerina o ácido hialurónico.
• Protector solar SPF 50 PA++++ (reaplica cada 2 h).

Noche – reparación y renovación

• Doble limpieza (aceite + limpiador acuoso).
• Exfoliante químico o retinoide alterno (2‑3 noches/semana).
• Sérum calmante con niacinamida o pantenol.
• Crema nutritiva con ceramidas y escualano.

Modula la frecuencia de exfoliación y concentración de retinoides según tolerancia; si tu piel es sensible aplica un «buffer» de crema antes del activo.